¿Quién puede pronunciarlo de carrerilla?

Tomar el sol en playas solitarias, cabalgar por las dunas, contemplar atardeceres de foto, practicar capoeira al son de los tambores… En Jericoacoara sufrimos un montón para cuadrar nuestra agenda y poder hacerlo todo.

Playa de Jericoacoara

Playa de Jericoacoara

Para llegar al pueblo se puede tomar un autobús 4×4 para cruzar las dunas o contratar un buggy por un precio un poco desorbitado (140 Reais incluyendo las 2 barcazas con las que cruzar un par de ríos). Nosotros, como llegamos en domingo, tuvimos que ir a todo lujo con un buggy para nosotros solos. Ya que el desembolso era considerable, negociamos incluir en el ‘paseo’, unas horas en la laguna Azul. Una vez en la laguna, un bañito para rebajar el calor de la solana, mecernos en una hamaca con el culo en el agua y almorzar un buen pescado a la plancha, ¡todo sufrimiento!

Buggy para llegar a Jericoacoara

Buggy para llegar a Jericoacoara

Sufriendo a merced de las olas sobre una hamaca

Sufriendo a merced de las olas sobre una hamaca

Un sinfín de posadas, bares y restaurantes turísticos inundan Jericoacoara, pero sus calles de arena playera garantizan la tranquilad y que el culito se ponga bien prieto. Además en breve tampoco podrán circular coches o buggys por sus calles, así que aunque sea un destino muy turístico, el encanto está asegurado.

Calles de Jericoacoara

Calles de Jericoacoara

Casi todo el tiempo que pasamos en Jeri lo dedicamos a tostarnos al sol en playas desiertas contando las lagartijas que se acercaban a nosotros para investigar a ese par de trozos de carne blancuzcos. Y cuando se marchaba el sol, lo mejor era subir a la gran duna que está a las afueras del pueblo para ver la puesta de sol.

Futebol playero

Futebol playero

Finalmente para despedirnos a lo grande de Jeri nos enfundamos el traje de cowboy y cabalgamos, unos mejor que otros, por las dunas a la luz del atardecer. Nunca olvidaremos las cabalgadas sobre la arena, lo difícil que es tomar una foto decente subidos en una silla y lo testarudos que son algunos caballos.

Cabalgando por la playa

Cabalgando por la playa

Jericoacoara es difícil de pronunciar pero a nosotros nos ha gustado tanto que ya nos sale de carrerilla sin trabársenos la lengua, y lo hemos apuntado en la lista de destinos para volver a visitar.



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Si notas que tu vida pasa volando y la consideras una aburrida monotonía, pisa el freno. ¡Arriésgate! Cambia algo y verás como se anima el cotarro.

3 Comentarios en “ ¿Quién puede pronunciarlo de carrerilla? ”

  1. éste me lo apunto yo tb!!!

  2. Con Lençois y Pipa, Jeri es de lo que más nos ha gustado de Brasil 🙂

  3. Este lugar tiene muy buena pinta y el nombre no es mas difícil que un apellido vasco.