Montevideo o ‘no sin mi mate’

Vamos a pediros un ejercicio complicado: recordar alguien que conozcáis que haya viajado a Uruguay… ¡tiempo! Lo normal es que no tengáis una respuesta. Misteriosamente nadie viaja a Uruguay, y si os paráis a pensar, al planear unas vacaciones por Sudamérica se convierte en un país invisible en el mapa. Pero como tenemos un sexto sentido para las cosas buenas hicimos caso a nuestra amiga Karina y nos dimos una vuelta por este pequeño país.

Antigua estación de tren

Antigua estación de tren

Visitamos Montevideo con prejuicios, pensando encontrar un Buenos Aires en pequeñito, al igual que pensábamos que Uruguay era similar a Argentina. Bendito error, pues ni una cosa ni la otra, Montevideo tiene un encanto lejos de lo porteño y el país tiene un sabor a un mate diferente.

Palacio Salvo

Palacio Salvo

Montevideo se debe visitar caminando, sin prisa pero sin pausa. Ir del barrio del Centro hasta la Ciudad Vieja disfrutando de los numerosos edificios, palacios y casas construidos durante los siglos XIX y principios del XX. Edificios Modernistas, Art Decó, Art Noveau y Eclécticos se entremezclan, dejando un paisaje urbano alejado de la idea de ciudad colonial. Avenidas peatonales, tranquilas plazas ajardinadas o réplicas del David de Miguel Ángel compiten por la mirada del turista con imponentes edificios como el Palacio Salvo, perfecto escenario para la película de Cazafantasmas.

Plaza Independencia de Montevideo

Plaza Independencia de Montevideo

Y paseando descubres una enorme estación de trenes abandonada, con enormes estatuas que miran a las cerradas ventanillas de venta de billetes, y que te hacen pensar que una irreversible decadencia se va a extender por la ciudad. Pero Montevideo no está parada, se redefine y mira hacia el futuro. Descubrimos nuevos proyectos como el moderno rascacielos de la Torre Antel con un mirador que nos enseña una bahía a la que se le quiere cambiar la cara y esa enorme estación sobre la que hay un proyecto de recuperación para que los trenes vuelvan a silbar entrando por sus vías.

Torre Antel junto a antigua chimenea

Torre Antel junto a antigua chimenea

Si uno busca placeres más terrenales, un paseo por el Mercado del Puerto, consigue saciarnos el apetito y hasta empacharnos visualmente. Es casi indecente la cantidad de carne que se va dorando sobre las brasas y misteriosamente, cuando te la ponen en el plato, sigue estando jugosa y ¡poco hecha! Si lo que apetece es pescado, también hay, pero es un poco más caro.

Puerto de Montevideo

Puerto de Montevideo

Para entretenimientos baratos, basta con sentarse en una plaza del centro de la ciudad y ‘flipar’ viendo la increíble pericia de los montevideinos llevando un mate y un termo de agua caliente mientras hablan con un amigo, suben al autobús, se dirigen al trabajo, leen el periódico… El termo y el mate son literalmente como una extremidad más del cuerpo de los uruguayos.



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Si notas que tu vida pasa volando y la consideras una aburrida monotonía, pisa el freno. ¡Arriésgate! Cambia algo y verás como se anima el cotarro.

6 Comentarios en “ Montevideo o ‘no sin mi mate’ ”

  1. Hola Julio:
    Tienes razón Uruguay no aparece en muy pocos itinerios turísticos, creo que Argentina y Chile lo eclipsan.
    Es bueno que tu no lo presentes.
    Buen viaje, te seguimos leyendo.
    Un abrazo
    La Vuelta al Mundo de Asun y Ricardo

  2. Hacer otro ejercicio. Decirle a un argentino que siempre quisistes conocer Uruguay antes q Argentina.

    Supongo que la película el Faro del Sur y Benedetti tuvieron la culpa.

    Silvia

  3. Jua jua, Silvia, me imagino la cara de Javier! De todas maneras, tenemos que reconocer que por una cuestión de tamaño y variedad, entre Uruguay y Argentina, nos quedamos con Argentina. Hemos visto tantas cosas y tan diferentes, además de sentirnos tan bien acogidos y conocer a nuevos amigos, que nos vamos de Chile y Argentina (imposible preferir uno de los dos) con ganas de volver.

  4. Nosotros no pudimos visitar mucho de Uruguay, pero lo que vimos nos gustó mucho.
    Además tiene grandes playas si sigues hacia el norte hasta la costa de Brasil, como Cabo Polonio y Punta del Diablo.
    ¡Un abrazo fuerte!

  5. Difícil elegir. Lo digo con convicción, ya que nací y pasé la adolescencia en Uruguay, y luego me vine a vivir a Argentina.
    Argentina es un país increible. Tiene de todo. Uruguay es pequeño, casi pasa inadvertido como bien lo señalaste. Lo confunden con Paraguay. Pero también es maravilloso. Hay que internarse en el interior, además de conocer el carnaval… Porque no sólo se trata de Montevideo y Punta del Este. Hay mucho más.
    Un saludo cordial, de esta argenguaya 🙂

  6. Es cierto Nedda, Uruguay no es solo Montevideo y Punta del Este. Nos quedó pendiente visitar el interior pero no teníamos tiempo.