El Pixel Viajero

No entraba dentro de nuestros planes para ir a ver el espectáculo del cierre de la frontera india-pakistaní del puesto fronterizo de Attari, pero cuando en la puerta del Templo Dorado un paisano se nos acercó y nos ofreció ir a verlo por tan solo 75 IR cada uno, no nos pudimos resistir.

Billetes para el espectaculo en la frontera

Al principio pensamos que sería un timo, pues el “operador turístico” nos entregó un papelillo manuscrito (ver foto) y nos citó en el mismo sitio a eso de las 15:30. Dentro del precio entraba el transporte de ida y vuelta en jeep a la frontera, y ver el espectáculo en grada vip pues éramos extranjeros.

Pero como ya nos habíamos ido acostumbrando en India, aunque todo parezca un completo desastre, al final acabas llegando donde quieres. A la hora acordada estaba allí montado el primer show, repartirse a los turistas indios y unos pocos extranjeros tras un duro regateo entre conductores e intermediario. Como dice el refrán indio “donde caben 9 turistas a 75 IR caben 12”, en nuestro 4×4 además del conductor y nosotros dos viajaron una pareja de novios, un matrimonio con su hijo de unos 10 años y 4 solteros maduritos todos ellos indios.

Puesto fronterizo de Attari

Después de una carrera loca de 1 hora, sorteando jeeps, ricksaws y búfalos por una polvorienta autovía a medio construir, llegamos al inmenso descampado del aparcamiento. Y para que supiéramos volver al coche sin perdernos entre los centenares de camiones, vehículos y puestos ambulantes que estaban por allí, el conductor nos entregó de nuevo otra hojita manuscrita con la matrícula, su nombre y el número de móvil (ver foto). Vamos, ¡que con esa información nuestra vuelta al hotel estaba asegurada!

A ver si empieza esto de una vez

Ahora teníamos que conseguir entrar al recinto del ‘show’. Para las mujeres es sencillo, una cola, pasas el arco de metales y ya está. Pero a los hombres nos apelotonaron rollo campo de concentración, bien pegaditos unos a otros, para pasar por el arco a empujones y un poco de cacheo por si las moscas. Y allí que fue Julio, sudando la gota gorda e imaginándose que estaba en la cola de un concierto de Iron Maiden y que el codo que tiene pegado a su cara es de un heavy post-adolescente y no de un tierno pero sudoroso vejete indio.

Pero afortunadamente éramos espectadores VIP, es decir extranjeros, así que pudimos separarnos de la multitud enseñando el pasaporte para pasar a una grada con buena visibilidad.
Aquello tenía ambientazo de partido de fútbol , banderas indias de un lado, pakistanís de otro, gente bailando y cantando los hits de Bollywood que sonaban a todo trapo por megafonía y coreando al speaker que de vez en cuando les gritaba vivas y olés, pero en indi claro.

Soldados de gala durante el cierre de frontera

El show fue muy divertido. Un grupo de soldados vestidos de gala recorrían un pasillo hasta la puerta que separa los dos países dando pasos estrambóticos y encarándose con poses chulescas a sus homónimos pakistanís, que seguían la misma coreografía. Todo esto animado por el speaker de cada lado gritando a pleno pulmón ‘Viva Indostán’, o ‘Gio Pakistán’. El ambiente de fiesta y cachondeo no se correspondía a las relaciones tensas que normalmente hay entre los dos países, es digno de ver.

Banderas arriadas en el puesto fronterizo de Attari

Tras un rato de soldado para arriba, soldado para abajo, vivas y levantamientos de pierna hasta la coronilla, pasaron al momento estelar de arriar las banderas. Lo ejecutan muy lentamente para que ninguna de las dos banderas quede en ningún momento sobre la otra, y tengan que acabar el show con una declaración de guerra nuclear. Para acabar y como última chulería, cierran la reja de un portazo para darle dramatismo al asunto y ¡ala! Todos para casa, que se hace de noche.