Habitación con vistas al lago
Una de las grandes ventajas de viajar con una casa-caracol es que puedes instalar en pocos minutos la mesa para comer frente al Monte Cook, o decidir que esta noche dormirás con vistas al lago Tekapo.
Sí, el nombre de Tekapo no acaba de entusiasmar a los hombres y cuando le propuse a Julio dormir allí, hasta dudó un poco. Pero fonéticas maorís y españolas a parte, los lagos Pukaki y Tekapo son realmente espectaculares y decidimos cambiar nuestros planes para poder quedarnos disfrutando de las vistas.
La primera imagen que nos dejó sin palabras y hasta nos abrió el apetito fue el reflejo del monte Cook sobre el Lago Pukaki, así que sacamos nuestras sillas de picnic y manos a la obra para preparar unos bocatas.
El peculiar color lechoso y azul claro de estos lagos se debe a la cantidad de sedimentos que flotan en las aguas, provenientes del deshielo. Su opacidad hace que la luz del sol rebote reflejando el cielo, lo que le da esta tonalidad tan característica.
Aunque a regañadientes, teníamos que abandonar nuestro campamento para seguir avanzando. Nos esperaba el Lago Tekapo, rodeado de un parque natural salpicado de flores lila, arbustos y muchos conejos.
Nuestra habitación con vistas esa noche miraba al Lago Tekapo. Solos y con una luna crecientre sobre nosotros, sólo nos quedaba preparar algo rico para cenar, una copa de vino, y a disfrutar.