El Pixel Viajero

Buenos Aires nos ha acogido durante una semana llena de encuentros, buenas charlas y visitas pausadas de la ciudad. Entre la vorágine de la calle Florida, las manifestaciones en Avenida de Mayo y el tráfico de 9 de Julio, la capital argentina se ha ganado un buen trocito de nuestro corazón y nos vamos con la sensación de haber hecho nuevos amigos, autóctonos y foráneos y haber disfrutado en todos los sentidos de nuestro paso por la ciudad porteña.

¡Además! Y muy importante, hay un montón de cosas interesantes que hacer sin que eche humo la Visa.

• Librería Grand Splendid Ateneo

Librería Grand Splendid Ateneo

Éste antiguo teatro reconvertido en librería considerado como una de las librerías más bonitas del mundo según The Guardian, no decepciona. Al entrar en este magnífico monumento al papel impreso uno tiene la sensación de estar colándose en un templo de la cultura, donde los más grandes de la historia de la literatura te observan desde los palcos de los pisos superiores, o quizá sea al revés.

Entrar a mirar es gratis y si te tienta algún libro, los precios son los mismos que en otras librerías más al uso de la cadena Ateneo.

• Metro (Subte) histórico de la línea A

Vagones de tren de la línea A en Buenos Aires

Las paradas Plaza de Mayo, Catedral y Piedras forman parte de la línea originaria de metro que unía hasta Miserere.

Si caminar por los antiguos andenes con su decoración originaria y sus negocios y puestos de venta de boletos nos transportan a un tiempo de chisteras y crujientes enaguas, subirse a un tren de principios del siglo XX forrado de madera, con lámparas colgantes y en el que hay que abrir manualmente las puertas, es un viaje en el tiempo que nos ha dejado maravillados. Como nos dijo nuestro amigo Pablo, “no son trenes restaurados, sino que se hicieron para durar y duran”.

Viajando en vagones históricos

Este viaje en el tiempo y el espacio sólo cuesta un billete de subte (1,10 pesos = 0,20€).

• Bares notables

Visitar el mítico café Tortoni puede ser gratis si uno no se queda a tomar nada. En la puerta, un elegante señor regula la entrada, pero permite colarse sólo a curiosear el lugar donde los grandes literatos y personajes de la cultura porteña bañaban en café su inspiración.

El ilustre café Tortoni

Con un aire menos exquisito pero un encanto, para nuestro gusto, aún mayor, otros bares notables de Buenos Aires conservan igualmente las máquinas registradoras de principios de siglo y cientos de recuerdos que los convierten en un auténtico museo donde pasar un buen rato disfrutando de un café o incluso picando algo a mediodía. Nosotros nos enamoramos del Federal (Calle Perú esquina Carlos Calvo) para un café con una medialuna (croissant) y de la Poesía (Calle Bolivar con Chile) para unas buenas papas con huevo frito.

Gardel, uno de los ilustres del Tortoni

Los precios son muy moderados y puede costar lo mismo que en otros bares más corrientes.

• Una vuelta por la Casa Rosada y la Plaza de Mayo

Reivindicativa plaza de Mayo

La Casa Rosada

En el plazo de más de una semana, raro es el día que no hemos visto una manifestación en Buenos Aires, pero la Plaza de Mayo es sin duda uno de los lugares donde todas las reivindicaciones se acaban dando cita. Con la permanente presencia de los antiguos combatientes de Malvinas, la plaza frente a la que se alza la Casa Rosada es el caleidoscopio de muchas de las demandas del pueblo argentino, en forma de pancartas, pintadas, o tras un megáfono.

Nota: ‘Esto no ha sido todo amigos‘. En Buenos Aires hay muchas cosas que hacer y aunque nosotros sólo hemos podido hacer unas pocas, todavía quedan unas cuantas que nos preparamos para otro post.