Una orgia animal en Etosha

Con nuestro flamante 4×4 con tienda de campaña incorporada en el techo nos dirigimos emocionados ante el poderío del nuevo vehículo a visitar nuestro segundo Parque Nacional africano, Ethosa.

Antes de marchar para el parque reservamos en Windhoek un par de noches en uno de los campamentos del parque. Nuestro objetivo era dormir una noche en el campamento de Okaukuejo y otra en el campamento de Halali, pero el primero estaba completo y tuvimos que pasar las dos noches en Halali, aunque gracias a eso vimos dos impresionantes escenas de la vida nocturna y salvaje en África.

La filosofía de Ethosa es un poco diferente a la de Kruger. En el parque namibio todas las carreteras son de tierra, lo que da una sensación más auténtica, de estar realmente en medio de la naturaleza y no en un parque temático.

Aquí el truco para ver animales no es circular bajo el abrasador sol africano hasta caer desfallecido, sino que basta con una salida de buena mañana, en búsqueda de felinos y después, relajarte frente a alguno de los abrevaderos del parque. Etosha tiene un clima seco y con pocas precipitaciones, lo que se agrava durante el invierno del hemisferio sur, la mejor época para ver la vida salvaje de África, ya que todos los animales, sin excepción, se ven obligados a ir en algún momento a beber a las charcas.

Etosha es una orgía, ves tantos anímales, en tan gran número e incluso muchas especies a la vez, que si no te controlas, acabas perdiendo la perspectiva y el valor de estar presenciando este espectáculo natural.

Después de visitar Etosha, ver un impala solitario ya no tiene emoción, quieres ver a cientos de ellos, y además mezclándose con decenas de cebras, ñus, elefantes, kudus y como colofón una manada de orix con sus imponentes cuernos de más de un metro alzándose hacia el abrasador sol de la sabana.

Durante las dos noches que pasamos en el campamento de Halali descubrimos que los elefantes en manada son unos avariciosos y cuando están disfrutando de una charca no quieren a nadie más alrededor. Que un leopardo bebiendo a la luz de la luna es lo más elegante que hemos visto y que el tiempo en el mundo animal corre a cámara lenta, los animales se toman su tiempo e incluso se quedan inmóviles mirándote como si intentarán leerte la mente.

La culminación de nuestro viaje a África ha sido sin duda conseguir ver a un león, con su compañera, la perezosa leona, en una especie de luna de miel y a pocos metros de nosotros, retozando cual pareja de luna de miel. Oír el rugido del rey de la selva desde tan cerca y con el silencio de la sabana como único acompañamiento es difícil de explicar en palabras, pero nosotros seguimos oyéndolo cuando recordamos el momento. Afortunadamente, era un rugido de ‘que tía más sosa, cuando intentaba juguetear con la leona y ella pasaba de él, quizá el rugido después de la caza sea aún más estremecedor.

Un consejo para tener un buen día de safari (si váis por libre) es que preguntéis a la gente qué animales ha visto, dónde y a qué hora, o sea, a donde fueras haz lo que vieras. Nosotros la última mañana salimos a buscar animales y no encontramos ni uno, al final decidimos sentarnos delante del abrevadero del campamento de Okaukuejo y disfrutar del desfile a la sombra tomándonos unos sándwiches.



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Si notas que tu vida pasa volando y la consideras una aburrida monotonía, pisa el freno. ¡Arriésgate! Cambia algo y verás como se anima el cotarro.

3 Comentarios en “ Una orgia animal en Etosha ”

  1. Esta tienda de campaña en el 4×4 es 1 obra de ingeniería 😀 jejejejeje brutal!

  2. Ese título de post es SEO total eh? 😉

    Disfrutad a tope!

  3. jajajaja, hombre Esteve, he aprendido algo en estos anyos de blogger! 😛 No, en serio, no lo pensamos, era lo que nos venia a la mente al recordar la experiencia, pero tienes razon, creo que funcionara en cuanto trafico, jeje.