El valle de Kathmandú
Históricamente el valle de Kathmandú estaba dividido en 3 reinos: Patan, Bhaktapur y Kathmandú. Entre ellos competían por conseguir la plaza Durbar (el equivalente a una plaza Mayor en España) con los más bellos templos y palacios, para demostrar así su superioridad. Esta pugna ha provocado que por todo el valle se encuentren verdaderas joyas arquitectónicas de la cultura newar.
Las tres ciudades se encuentran muy próximas unas de otras, de manera que se pueden visitar como una excursión de un día desde la capital, o quedarse a dormir para así disfrutar con más tranquilidad paseando por su casco antiguo.
Patan casi ha sido engullida por Kathmandu y se encuentra a apenas 7 u 8 kilómetros, y Bhaktapur a unos 15 kilómetros, aunque si se va en un día laborable hay que estar preparado para mínimo, una hora de atasco.
Bhaktapur
Caminar por las calles adoquinadas de esta ciudad medieval te transporta varios siglos atrás. Nada más cruzar alguna de las puertas de la ciudad un agradable ambiente de tranquilidad te envuelve, gracias a que el tráfico rodado está prohibido dentro del casco antiguo (aunque en nuestra visita sí que circulaban algunas motos y pequeños camiones que rompían un poco la magia).
Lo mejor es perderse y dejarse llevar por las callejuelas repletas de antiguas casas newares adornadas por pequeñas ventanas finamente talladas en madera. Observar la vida cotidiana de los niños jugando a la rueda o las mujeres aventando el cereal junto a los ghats del río es una encantadora vuelta al pasado.
En Bhaktapur nos paseamos por su plaza Durbar, por la Taumadhi Tole y por la Tachupal Tole, la plaza más antigua de la ciudad. Imposible pasar inadvertida la puerta dorada (Sun Dhoka) de entrada al Palacio Real, llamado de las 55 ventanas, o la maravillosa ventana del pavo real, cerca de Tachupal Pole.
Entrada a la ciudad: 750 NRs (Es bastante caro para Nepal, pero merece la pena)
Autobús desde Katmandú: 25 NRs (También se puede ir en taxi, a nosotros nos lo ofrecían por 400 NRs, pero el atasco lo sufres igual y el bus es mucho más entretenido)
Patan
A tan sólo unos 8 km de Katmandú se encuentra la ciudad de Patan, antiguamente uno de los 3 reinos que conformaban el valle y ahora prácticamente un bario más de la capital.
Su plaza Durbar es considerada la mayor concentración de obras arquitectónicas del mundo. Realmente hace sombra a la plaza Durbar de Kathmandú. Un sinfín de templos, monumentos y un magnifico palacio real llenan la vista nada más llegar.
Nos quedamos tan impresionados, que nos sentamos a la sombra de uno de los templos para disfrutar del espectáculo. También nos impresionaron las escenas de torturas talladas en los puntales del templo de Hari Shankar.
Muy curiosa nos pareció la leyenda que habla del rey Yoganarendra, cuya estatua se encuentra sentada sobre una flor de loto, frente a un pilar a las puertas de su palacio. Cuenta la leyenda que mientras el pájaro que hay sobre la cabeza de cobra de la estatua siga allí puede que el rey regrese a su palacio. Por eso siempre hay preparada una pipa de fumar, una ventana y una puerta abiertas.
En Patan es divertido perderse por su casco antiguo y adentrarse a través de las diminutas puertas y pasadizos, para llegar a los numerosos chowks (patios comunitarios), muy bien cuidados y que contienen tesoros ocultos, como el de Naga Bahal, donde te sorprende la estatua de un toro dorado.
Entrada a la plaza Durbar de Patán: 200 NRs
Autobús desde Katmandú: 10 NRs
Taxi desde Katmandú: 200 NRs
Nota: Es una gozada ir un sábado, día de fiesta en Nepal, porque no hay tráfico en las calles, o mucho menos que un día normal, algo increíble si se ven los atascos de Kathmandú en todo su apogeo y desde un destartalado autobús.
Oye, en Patan no había ninguna talla de Pierre Nodoyuna con su perro PATAN? Jejejeje