Cervezas artesanales y ríos azules

Nos habían contado que El Bolsón estaba rodeado de montañas y casas de elaboración artesanal de cerveza, así que como os podréis imaginar, el lúpulo nos llamaba…

Estrenando mi nuevo mate en El Bolsón

Estrenando mi nuevo mate en El Bolsón

El pueblo aún conserva un aire hippie que es más visible en los días en los que se celebra la feria de artesanía. Familias, parejas y cooperativas hippies de toda la zona se dan cita alrededor de la plaza central de El Bolsón para vender todo tipo de artilugios útiles, curiosos y hasta innecesarios, además de platos vegetarianos un pelín sosos, pero al parecer muy sanos.

Recién bajados del autobús y cargados con nuestras maletas, nos vimos atrapados en el mercadillo, donde no encontrábamos una salida lo suficientemente grande para pasar con los bultos, así que aproveché para irle echando el ojo a los mate de calabaza de los puestos. Una vez ya encaminados hacia el hostal-camping donde nos íbamos a alojar, nos salió al paso una pequeña y amable mujer, la señora Rosita, que nos daba alojamiento en su casa por el mismo precio que nos costaba plantar la tienda de campaña, un techo es un techo, así que no nos costó mucho decidirnos.

Llegando al Cajón del Azul

Llegando al Cajón del Azul

El Cajón del Azul

Habíamos leído sobre una excursión al cañón del río Azul que podía hacerse en el día, pero a buen ritmo, así que no nos dejamos desanimar por la amable chica de la oficina de turismo que nos aseguraba que era una paliza. Tras registrarnos en el Centro de Información de Montaña nos preparamos las mochilas para salir al día siguiente de buena mañana.

Aguas cristalinas del río Azul

Aguas cristalinas del río Azul

La caminata de unas 8 horas en total merece la pena sólo por los distintos paisajes que rodean al río a lo largo de la ruta, cambiando del más puro transparente de las aguas tranquilas al brillante azul turquesa de sus pozas.

Acompañados por buen tiempo y un sol de justicia que nos lo puso más difícil en el camino de regreso, disfrutamos de un día muy tranquilo, con una ruta transitada sobre todo por campistas argentinos. A pesar del sol y el calor, la temperatura del agua no nos dejó más que mojarnos los pies mientras dábamos buena cuenta de nuestro picnic.

Remojando los pies después de la caminata

Remojando los pies después de la caminata

Aunque las aguas de los ríos de la zona son potables caminábamos rápido para llegar a tiempo de subirnos al autobús que nos llevaría de regreso a El Bolsón, por lo que no paramos a rellenar la botella, olvidándonos de la cuesta que nos esperaba en el último kilómetro. Lo que no se nos había olvidado es que de buena mañana habíamos visto un puesto que anunciaba cerveza artesanal, así que eso nos ayudó a dar el último empujón y llevarnos la aprobación de los gauchos y paisanos que estaban de tertulia en el bar cuando pedimos una cerveza bien fresquita para rehidratarnos.

Julio dando cuenta de una cerveza artesanal

Julio dando cuenta de una cerveza artesanal

Cómo llegar
Para comenzar la ruta por el sendero que llega al Cajón del Azul hay que subirse a un colectivo (autobús público) que sale de una de las esquinas de la plaza principal de El Bolsón, y realiza el recorrido por los campings hasta llegar al inicio del camino. Es importante tener en cuenta los horarios de ida y regreso, porque son caminos de tierra donde apenas pasan un par de autobuses al día. Tanto los horarios como el tiempo que tardan en llegar al punto, según el recorrido, los facilitan en la Oficina de Turismo.



Autor

Aún no estoy segura de si yo llevaré a la mochila o la mochila me llevará a mi.

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