Uyuni y otros mundos II
Después de una reparadora noche por debajo de los 4.000 metros, lo que se agradece cuando se trata de dormir y respirar, hemos dejado atrás nuestras camas de sal para adentrarnos en el salar más grande del mundo.
El salar de Uyuni es un lugar realmente mágico, diferente a cualquier paisaje que hayamos visto hasta el momento. Y esta sensación de descubrimiento se vuelve aún más especial cuando uno se encarama a la isla de los pescadores, una formación coralina cubierta por cactus de todos los tamaños.
Esta increíble llanura blanca fue parte de un inmenso mar interior que ocupó todo el sudoeste de Bolivia, e incluía el Lago Titikaka.
Después de hartarnos con las ‘ingeniosas’ fotografías, perspectivas surrealistas y morder la sal de la llanura haciendo el pino puente, tuvimos que abandonar esta maravilla de la naturaleza hacia nuestra meta, el pueblo de Uyuni.
Pero antes nos esperaba otro lugar bastante curioso, el cementerio de trenes, situado a las afueras de Uyuni, donde después de tan grandes paisajes, nos quedamos embobados con lo que parecían campos plantados de bolsas de basura. Al parecer, este desastre ecológico lo provoca el viento, pero la explicación no nos acabó de convencer.
Ya instalados y duchaditos, nos fuimos a dar un homenaje, porque aunque no lo creais, una de las mejores pizzas que hemos probado la hornean en el pueblo de Uyuni. ¡Gracias Ana y David por la recomendación!
Rica, a que si??? Lo que daríamos ahora por esa pizza para salir del bucle noddles/arroz por un instante!!!! Eso sí, mejor a menos de 4.000 metros para poder digerir algo…
Fuerte abrazo!
joe ahi si se ve la diversion jajaja vaya clan!!!
Umm, nosotros seguimos acordándonos de ella, porque ahora estamos en un bucle de patatas fritas que nos empieza a cansar, pero es normal, ¡estando en el país de la papa! Con la altura creo que ya estamos totalmente aclimatados, porque sólo nos acordamos de ella cuando hay que subir empinadas escaleras. Disfrutad de Asia chicos!
Y esto sólo es una muestra hermanito. Nos pasamos un buen rato haciendo composiciones, ahora tu aguantas el coche, ahora todos somos más pequeños que la guía de viajes, muy divertido, eso sí!